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lunes, 23 de abril de 2012

El bosque de los pigmeos, de Isabel Allende


En este tercer y último libro de “Las memorias de Águila y Jaguar”, Alex y Nadia acompañan a la abuela de Alex al corazón de África, a hacer un reportaje sobre un safari que utiliza elefantes para transportar a las personas (pero no es un safari de caza, sino en plan guía turístico). Cuando están acabando aparece un misionero español que les pide ayuda. Hace tiempo que no sabe nada de dos hermanos misioneros y eso le preocupa ya que solían ponerse en contacto de vez en cuando, así que quiere que lo lleven al pueblo de Ngoubé para saber qué les ha pasado. Kate es algo reticente a ayudarlo, pero Alex la convence de que es una gran oportunidad para hacer un reportaje aún mejor que el del safari, y allá los van.

En el pueblo no hay rastro de los misioneros, pero descubren que sus habitantes, unos pigmeos, están gobernados con mano de hierro por su rey, el rey Kosongo, y por el comandante Mbembelé, un hombre temido en toda la zona y que no duda en matar a todo aquel que le lleva la contraria. Los pigmeos son tratados como esclavos y obligados a cazar elefantes para extraerles los colmillos, bajo amenaza de matar a sus mujeres y a sus hijos si no lo hacen.
El rey tiene en su poder un amuleto sagrado para los pigmeos y sin él éstos se sienten desprotegidos e incapaces de enfrentarse al rey y al comandante Mbembelé. A Alex y a Nadia esta situación les parece algo terrible y deciden hacer algo al respecto para remediarlo.

Este libro no me ha gustado tanto como los anteriores y me ha parecido un poco flojo, claro que 220 páginas no dan para mucho. Los protagonistas llegan al poblado, ven lo mal que están las cosas, le roban al rey el amuleto sagrado y van a buscar a los pigmeos para devolvérselo y convencerles de que ahora ya son capaces de enfrentarse al rey y al comandante Mbembelé y derrocarlos. Y ya está.

Además hay menos aventura que en sus predecesores y en algunos puntos se torna un tanto serio, al reflejar las condiciones en que viven los pigmeos, que incluso son considerados por los propios africanos como seres inferiores a ellos. Que Isabel Allende lo denuncie en su libro me parece perfecto, y desde aquí mi total apoyo, pero se supone que el libro es una novela juvenil y no es plan hacérselo pasar mal a los chavales, ¿no?

En general el libro es pasable, pero si no me lo hubiera leído no me habría perdido nada, y con esto termino así mi ciclo de Isabel Allende, ya que no tengo pensado leerme más libros suyos. Bueno, tal vez de nuevo el del Zorro, del que guardo agradables recuerdos. Pero eso ya se verá.

1 comentario:

  1. A las lectoras de Isabel Allende, sin duda les encantará también Almudena Navarro y su LA PAPELETA EN BLANCO http://tinyurl.com/d5454r7

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