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martes, 4 de septiembre de 2012

El diario de Bridget Jones, de Helen Fielding

Antes que nada quiero que conste en acta, señoría, que si he vuelto a leer este libro no ha sido por gusto, sino porque tenía que leerme un libro del género chick-lit, esto es, un libro protagonizado por mujer soltera independiente escrito a su vez por una mujer. Consulté una lista de libros del género en la wikipedia, y el único que conocía era éste. Y como lo tenían en la biblioteca pues así me ahorraba unas perras. 

He dicho "vuelto", ¿verdad" Sí. El libro lo leí por vez primera allá por el 2000 (no sabría decirte la fecha exacta), cuando estaba en boca de todos, tiempo antes de que hicieran la película, y me pareció bastante divertido (y sigue haciéndolo), con mucha ironía y cinismo. Ya conoces la historia, seguro que como yo has visto la película un montón de veces. Bridget Jones es una treintañera soltera desesperada por tener novio, enamorada de su jefe, un machista redomado que no para de jugar con ella, con una madre insufrible (no digas "qué", cariño, di "perdón") que trata de emparejarla con Mark Darcy, un abogafdo de éxito recién divorciado, aunque su primera impresión (la de cada uno) es muy poco halagueña. 

Recordaba que el final de la película era diferente del final del libro, pero al volver a leerlo me he dado cuenta de que algunos de los momentos más divertidos e importantes de la película se los inventaron expresamente para ésta, como Daniel Cleaver diciéndole a Bridget que Mark Darcy se acostó con su mujer cuando fue al revés, lo que se convierte en la base de la película, o cuando Daniel y Mark se pelea como dos niños de 5 años; me hubiera gustado leer esta escena en el libro. 

Bien, en definitiva, que a pesar de haberlo leído a la fuerza me he divertido igualmente y me he partido de risa con algunas de las situaciones ridículas por las que pasa Bridget, aunque es un poco cansino que siempre esté repitiendo la lista de cuánto pesa, las calorías de lo que come, cúantos cigarrillos se fuma y tal. Me dieron ganas de saltarme esa parte, pero no lo hice.

 

 

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