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martes, 11 de septiembre de 2012

Ollos de auga (Ojos de agua), de Domingo Villar

Domingo Villar es un escritor gallego afincado en Madrid cuya segunda novela, "La playa de los ahogados", lo ha dado a conocer a nivel nacional y ha conseguido algunos premios importantes del género policial. Así que como me gusta hacer las cosas bien, he empezado con la que es su primera novela, donde nos presenta al inspector Leo Caldas. En mi biblioteca tienen dos ejemplares de este libro (uno de ellos dedicado por el propio autos a la misma biblioteca), ambos en gallego. No soy muy partidario de leer en gallego, pero si no me queda otra pues nada. Pero tal vez debido a que está en gallego el libro lo he leído en un plis plas. Me ha parecido muy ágil, 240 páginas, dos días (más bien día y medio), de los que enganchan, y también muy divertido. Es lo bueno que tiene el gallego, que algunas expresiones son para morirse de risa, como "carallo", "a nai que te botou" o este fragmento del libro, que hizo que tuviera un incontrolable ataque de risa, "Doutor, ¿está vostede a insinuar que lle meteron os collóns a remollo en formol ata producirlle un cancro xenital?".

Leo Caldas es un tímido inspector de la policía de Vigo que tiene una sección en un programa de radio en el que da consejos a la gente y toma nota de sus quejas. Su compañero, Rafael Estévez, es de Zaragoza y es un tipo que salta a la mínima. A él le gusta que le den respuestas directas, y como los gallegos se van mucho por las ramas, pues Rafael enseguida pierde la paciencia y empieza a cagarse en todo.
En la isla de Toralla, al sur de la ría de Vigo, se ha hallado el cadáver de un hombre atado a la cama y con un negro y enorme hematoma que le cubre abdomen, genitales y piernas. AL parecer le inyectaron formol en el pene, y una de las características del formol es que si se inyecta en un cuerpo drena todo el líquido y deja el cuerpo como una uva pasa. Es una experiencia terriblemente dolorosa y si el fallecido no hubiera muerto habrían tenido que extirparle los testículos y el pene. La víctima, Luis Reigosa era un conocido saxofonista de la zona y era de claras inclinaciones homosexuales, así que Caldas y Estévez empiezan investigando por ahí.

Una cosa que me gusta, aparte de ser ágil y divertido, es que ocurre cerca de donde yo vivo. Yo vivo al otro lado de la Ría de Vigo, a 30 minutos en coche de la ciudad, y si bien no he estado en todos los lugares que se mencionan, sí los conozco de oídas, y bueno, es casi como si estuviera ambientado en el pueblo de uno, y eso mola. Bueno, dentro de dos libros, el siguiente libro. Por cierto, otra cosa que mola es que hay una referencia a la película de Misery, al momento martillo. Toda una delicia.

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