Este es uno de esos casos en que he
leído el libro por recomendación de un amigo. Me encanta la
ciencia-ficción, sobretodo la de los años 40 y 50 y creía haber
leído a los más relevantes de la época; por eso cuando se habló
de este autor me sorprendió no haber oído de él. El nombre no me
sonaba, pero cuando me nombraron su obra más conocida, ya tuve un
buen punto de referencia (seguro que también te suena “El pueblo
de los malditos”, ¿no?
Este amigo, Alcorze, tiene un montón
de libros de Wyndham (y lo suyo le costó conseguirlos) y cuando
recomendó este libro no lo dudé y me lo pillé hace año y pico.
Era para leerlo entonces pero tenía otros compromisos literarios,
así que ahora lo he hecho un hueco.
La cola de un cometa pasa por la
órbita de la Tierra y todo el mundo se queda a verlo esa noche. Al
día siguiente, todos están ciegos. Además hay unas plantas, los
trífidos, que pueden arrastrarse sobre sus propias raíces y están
dotadas de una especie de lengua venenosa con la que atacan a las
personas, y aprovechando la actual situación se convierten en la
principal amenaza.
El protagonista, Bill Masen, lleva una
semana en el hospital a causa del ataque de un trífido, con los ojos
vendados y gracias a ello conserva la vista. Al quitarse la venda
descubre la nueva situación y trata de encontrar a otros
supervivientes, mientras esquiva trífidos y ciegos por igual, pues
estos ahora han perdido su inhibición y se han vuelto peligrosos; si
encuentran a alguien que puede ver le obligan a ser su guía. Bill
salva a una mujer llamada Josella de la paliza que le estaba dando un
ciego, y deciden unir fuerzas y buscar a otros supervivientes.
Me gustan las historias apocalípticas
donde la población mundial es diezmada y los pocos supervivientes se
agrupan y tratan de seguir adelante, y esta no podía ser menos. Es
fácil de leer y muy absorbente y eso de que la amenaza provenga de
una planta me parece algo muy original. Además tiene una de las
mejores primeras frases de libro que he leído nunca: “Cuando un
día que usted sabe que es miércoles empieza como si fuera domingo,
algo anda muy mal en alguna parte”.
Hay una secuela del 2001, “La noche
de los trífidos”, que corre a cargo de otro escritor, Simon Clark,
que ha tenido buenas críticas. Habría que echarle la mano a ver qué
tal.
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