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lunes, 5 de agosto de 2013

De qué hablo cuando hablo de correr, de Haruki Murakami

Murakami es un autor que me intimidaba bastante, pero tras leer “Tokio Blues” se convirtió enseguida en uno de mis autores favoritos, y después de ese me leí el de “After Dark”, que también me encantó. En mi biblioteca tienen otros 4 o 5 libros suyos y tengo pensado leerlo todos. Este año estoy apuntado a un par de desafíos literarios y alguna que otra lectura conjunta, así que no puedo leer tan libremente como quisiera, pero he podido meter el presente libro con calzador, ya ue es cortito y se lee en poco tiempo.

Este no es un libro de ficción. Es una especie de breves memorias donde Murakami nos habla principalmente de su afición al correr, desde hace casi 30 años. Se entrena casi cada día, bastante intensamente, y al menos una vez al año participa en alguna maratón. El libro está formado por nueve crónicas escritas entre 2005 y 2006, en las que nos habla sobre los maratones y triatlones en los que paricipó en ese periodo de tiempo, así como de sus entrenamientos y las reflexiones que le venían a la cabeza mientras se entrenaba. Además también nos cuenta cómo fueron sus comienzos como escritor y las dificultades por las que pasó. Así mismo reflexiona sobre lo mucho que se parecen ambas actividades.

Sobre lo de correr soy como Homer Simpson, solo de pensarlo ya me duele todo. Mi resistencia siempre ha nula de todo, enseguida se me dispara el pulso y me ahogo, pero a todo el que le guste tiene todo mi respeto y admiración (ole sus huevos). Puestos a elegir prefiero leer sobre correr antes que realizar la propia actividad. Sí, soy un vago de cojones.

De mis escritores favoritos me gusta leer tanto las historias de ficción como cuando nos cuentan alguna anécdota personal o nos hablan de sus aficiones o de cómo trabajan a la hora de escribir, así que sí, este libro me ha gustado. Me ha gustado saber un poco más sobre la vida de Murakami y ha sido de fácil lectura. Lo único es que en la biblioteca solo lo tenían en gallego. Tenía muchas ganas de leerlo, así que ya sabes lo que dicen, a falta de pan...
No sé cuándo podré leerme el siguiente, pero a ver si empiezo por “Kafka en la orilla”.

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