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lunes, 24 de febrero de 2014

A pleno sol (El talento de Mr. Ripley), de Patricia Highsmith

Tom Ripley es un joven buscavidas que se mantiene a base de estafar a la gente (les hace creer que han hecho mal la declaración de la renta y les da un plazo de 24-48 horas para enviarle los 100 o 200 dólares que deben a Hacienda), y cree que en cualquier momento la policía irá a por él.
Un hombre llamado Herbert Greenleaf acude a Tom creyendo erróneamente que es amigo de su hijo Richard, y le pide ayuda para convencerlo de volver a casa. Richard lleva viviendo una larga temporada en un pueblecito de Nápoles, Mongibello, y quiere que regrese de una vez para que cumpla con sus obligaciones para con la empresa familiar, pero Richard no quiere ni oír hablar del tema. Así que el sr. Greenleaf le pide a Tom que viaje a Italia y trate de convencer a su hijo de que vuelva, ofreciéndose a pagarle todos los gastos, tanto del viaje como de su estancia allí. Tom solo coincidió con Dickie en dos ocasiones, pero no saca al sr. Greenleaf de su error y accede gustoso a su oferta, ya que así puede eludir a la policía (en caso de que estuvieran buscándole) y empezar desde cero en Europa.

Tom llega a Mongibello y encuentra a Dickie en la playa, con una chica americana llamada Marge. Tom se presenta y le dice que conoció a su padre y que como venía a Italia le trajo un paquete de su madre para él. Dickie reacciona de forma un tanto indiferente, así que Tom acaba confesándole que en realidad su padre lo envió para tratar de convencerle de que regrese a casa, con todos los gastos pagados. A Dickie le resulta muy gracioso y se hace amigo de Tom y dedican el tiempo a viajar de un lado a otro y comer en restaurantes lujosos, utilizando el dinero de su padre. Pero pasan tanto tiempo juntos que Marge empieza a sentirse desplazada y para Tom es evidente que no le cae bien, aunque trate de fingir que no es así. Así que Dickie empieza a cancelar algunos viajes que pensaba hacer con él para hacerlos con ella, y a soltarle indirectas sobre cuánto tiempo más piensa quedarse y tal, así que en una salida en barca que hacen los dos, Tom mata a Dickie a golpes de remo, arroja su cadáver al mar y hunde la barca cerca de una cala.

Entonces Tom idea un plan para ocultar lo que ha hecho y convencer a todo el mundo (Marge, sus amigos y sus padres) que está bien y que ha decidido trasladarse a Roma para vivir una temporada solo. Así, pone a la venta la casa de Dickie y sus pertenencias y se traslada a Roma y allí se hace pasar por él, firmando con el nombre de Dickie y dejándose ver para poder probar que efectivamente Dickie está vivo, y escribiendo cartas a Marge, sus amigos y sus padres, imitando la letra de Dickie, para que sepan que todo va bien. Pero las cosas acaban complicándose y Tom se ve obligado a cometer otro asesinato y la policía empieza a rondarle...

Durante décadas Patricia Highsmith fue considerada la reina del suspense. “Extraños en un tren”, su primera novela, fue adaptada por Hitchcock en su primera película, hecho que los encumbró a ambos como indiscutibles maestros del género. Tom Ripley es uno de sus personajes más carismáticos y una especie de predecesor de individuos como Dexter Morgan, porque pese a que no es un psicópata no duda en matar cuando no le queda otra, o como en este libro, cuando sufre algún arrebato, y se pone a maquinar hasta salir bien librado. 
El libro es muy bueno. Las 100 primeras páginas son bastante tranquilas y parece que no pasa gran cosa. Se centra en presentarnos a Tom Ripley, su toma de contacto con Dickie y todo lo que hacen juntos, pero no se pone interesante hasta el asesinato y la trama no tarda en complicarse porque, como “Tom Ripley” tiene que convencer a todos de que Dickie está vivo y tranquilo en Roma, pero como “Dickie Greenleaf” se convierte en sospechoso del segundo asesinato, y luego la policía encuentra la barca hundida, en la que hay manchas de sangre, y la policía cree que “Dickie” ha matado a “Tom Ripley”, así que tiene que volver a  asumir la identidad de “Tom”. O sea, ni un instante de aburrimiento.
Por si te interesa, en 1960 se adaptó a la gran pantalla con Alain Delon en el papel protagonista, que fue el que lo lanzó a la fama, y en 1999 se hizo una nueva versión, con Matt Damon encarnando a Tom Ripley. Yo vi esta última varias veces y fue después de verla que me leí los libros. Y al hacerlo no podía evitar ver en mi mente a Matt Damon, porque en la película está fabuloso y refleja perfectamente al personaje.
Pronto, el segundo libro, “La máscara de Ripley”.

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