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viernes, 16 de mayo de 2014

El misterio de los Estudios Kellerman, de Ken Follett


Parece que está de moda que grandes autores de bestsellers prueben suerte con las novelas juveniles. Ahí está John Grisham, con su serie de Theodore Boone; Noah Gordon, que tiene en su haber un libro de cuentos para niños, “Sam y otros cuentos de animales” (algo difícil de encontrar por estos lares); incluso Clive Barker tiene un libro para niños, “El ladrón de días”, aunque el niño que se lo lea creo que acabará teniendo horribles pesadillas. Ahora es el turno de Ken Follett. Escribió este libro en 1976 bajo seudónimo, cuando su hijo tenía la edad del protagonista, 8 años.
Mick Williams trabaja repartiendo periódicos con su bici y no se pierde las noticias referentes a la Banda del Disfraz, unos ladrones que ya han atracado cuatro bancos con éxito y han conseguido eludir a la policía porque se disfrazan y maquillan, haciéndose pasar por clientes. Tras leer la última noticia sobre ellos otra noticia llama la atención de Mick. Al parecer, planean derruir los Estudios Kellerman, unos viejos estudios de cine que cerraron hace un año, junto con los edificios colindantes, para construír un hotel de 30 plantas. El problema es que Mick vive detrás de los estudios, y eso significa que se va a quedar sin casa. Desgraciadamente es cierto, a su madre ya le han comunicado el desahucio y está preocupada, porque mucha gente no quiere alquilarle su vivienda a una madre soltera y no sabe adónde irán cuando los echen. Pero Mick es optimista y está seguro de que al final todo se arreglará.


Mick se hace amigo de un chico que empieza a repartir periódicos con él, llamado Izzie. Mick le enseña las diferentes rutase Izzie le habla de su padre, que es actor y sale sobretodo en anuncios de televisión. Éste trabajó en los Estudios Kellerman y está tratando de impedir su derrumbe y de reabrir sus puertas. Izzie conoce una entrada secreta a los Estudios Kellerman y se la enseña a Mick. Una vez dentro encuentran ropa y atrezzo de películas y se dedican a jugar, hasta que aparecen unos desconocidos y tienen que salir por patas. Mick descubre que aquellos hombres son la Banda del Disfraz y que han establecido su cuartel general en los Estudios Kellerman. La siguiente vez que van allí son sorprendidos por ellos y capturan a Izzie, pero Mick consigue huír. Ahora depende de él dar con su amigo, pero no sabe por dónde empezar; no sabe adónde se lo han llevado ni la identidad de los secuestradores.


El libro está genial. Es muy ameno y sus 170 páginas se leen enseguida, sin que apenas te des cuenta. De hecho yo casi me lo leí de un tirón. Lo empecé una noche, 20 páginas, y el resto me lo leí al día siguiente, sin parar, y me llevó lo que suelo tardar en leer 50 páginas de cualquier otro libro. Claro que es de letra grande, qué menos. El libro me recordó un poco a los libros de los Cinco de Enid Blyton; tengo uno de ellos en casa, así que creo que volveré a leerlo.

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