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martes, 26 de agosto de 2014

Eragon, de Christopher Paolini


“Eragon” es la primera entrega de una saga de fantasía épica titulada “El Legado”, formada por cuatro libros (iban a ser tres pero se extendió tanto que hizo falta uno más) y escrita por Christopher Paolini. El libro puede estar mejor o peor escrito, pero hay que reconocerle a Christopher Paolini el haberlo escrito con tan solo 15 años, algo que muchos solo soñamos con hacer a esa edad. Christopher tuvo la suerte de que sus padres tenían una pequeña editorial, que solo había publicado tres libros, y pusieron toda la maquinaria editorial al servicio de la ópera prima de su hijo y a los 19 años pudo verlo publicado. Christopher tuvo que hacer un montón de giras para promoconar el libro, como 130, en bibliotecas, colegios y tal, haciendo correr la voz (recordemos que la editorial de sus padres era muy pequeña). Entonces tuvo la suerte de que el escritor Carl Hiaasen vio a su hijastro devorando el libro y sintió curiosidad, y habló del libro con su editorial y así fue cómo le llegó el éxito. Tanto que los cuatro libros se convirtieron en auténticos superventas. Yo me leí “Eragon” por recomendación de mi bibliotecario, cuando solo existía el primer libro, y me gustó aunque no me pareció del todo bien escrito, algo comprensible dada la edad a la que lo escribió. Con cada nuevo libro he vuelto a comenzar la saga desde el principio y como ahora solo me falta leer el último, he decidido empezarla una vez más desde el principio, para refrescar la memoria y de paso escribir la correspondiente reseña a cada libro.

“Eragon” transcurre en el mundo ficticio de Alagäesia, en el que antaño existieron dragones. Los Jinetes de Dragón se encargaban de mantener la paz en el reino y hacer cumplir la ley. Los dragones no eran simples bestias sino que eran criaturas muy inteligentes y sabias y entre ellos y sus Jinetes se creaba un vínculo muy profundo y especial, que alargaba la vida del Jinete mucho más allá que un humano normal. Por eso, cuando el joven Galbatorix perdió a su dragón en batalla también perdió la razón y exigió al Consejo que le dieran otro dragón, pero ellos se negaron y en su mente desequilibrada los consideró responsables de la muerte de su dragón y les declaró la guerra. Morzan, uno de los Jinetes, traicionó a sus compañeros y se unió a Galbatorix, convirtiéndose en el primero de sus Trece Apóstatas y todos ellos masacraron a todos los Jinetes y Galbatorix se erigió como rey, y ha gobernado Alagäesia con mano de hierro desde entonces. En la actualidad ya no existen los Jinetes y Morzan, el último de los Apóstatas con vida, murió hace 20 años y el rey Galbatorix es el único que posee un dragón.
Pero eso pronto va a cambiar.

Eragon es un joven de 15 años que vive en el pueblo de Carvahall con su tío Garrow y su primo Roran. A duras penas consiguen sobrevivir y cuando no tienen dinero para comida Eragon se va de caza a las Vertebradas, una cordillera montañosa que rodea el pueblo. Después de seguir durante 3 días a un ciervo por las Vertebradas, Eragon pierde toda posibilidad de cazarlo cuando se produce una súbita explosión de luz que espanta al animal. En el lugar encuentra una extraña gema de unos 30 centímetros que se lleva para intercambiarla por comida en el mercado, aunque no tiene éxito y tras enseñársela a su tío la guarda en lugar seguro. Pero una noche lo despiertan unos extraños ruidos y así descubre que la gema es en realidad un huevo del que sale un pequeño dragón. Tras la sorpresa inicial, Eragon lo esconde en el bosque cercano a la granja de su tío y va alimentándolo mientras no puede hacerlo por sí mismo y en los meses siguientes se desarrolla hasta adquirir un tamaño que difícilmente puede pasar desapercibido. Eragon descubre que su dragón puede comunicarse telepáticamente con él y que, de hecho, es una dragona.

Eragon interroga a Brom, el viejo cuentacuentos del pueblo, sobre los dragones y sus Jinetes, pues parece saber bastante sobre el tema, aunque sin decirle que tiene un dragón, claro, ni a su familia tampoco. Pero entonces la tragedia golpea a Eragon con toda su fuerza. Dos horripilantes criaturas llamadas Ra'zac, similares a insectos, se presentan en Carvahall buscando el huevo de dragón, que pertenecía al mismo rey Galbatorix y que le fue robado, y reducen la granja de su tío a escombros y torturan a éste hasta la muerte. Horrorizado, Eragon sabe que no puede quedarse en Carvahall, que todo el Imperio irá en su busca, así que decide partir con Saphira, que así se llama la dragona, tras los Ra'zac para vengar a su tío, y el viejo Brom se ofrece a acompañarle, pues como cuentacuentos quiere ser testigo de la gran aventura que Eragon está a punto de emprender, y el chico lo acepta a su lado.

En el largo camino siguiendo la pista de los Ra'zac, Eragon recorrerá el mundo de Alagäesia de una punta a la otra, enfrentándose a innumerables peligros y descubrirá que Brom es algo más que un simple cuentacuentos, pues domina la espada como el más experto guerrero así como el uso de la magia y empieza a enseñarle a Eragon ambas disciplinas, iniciando así su formación como el Jinete que es. El verdadero objetivo de Brom es llevar a Eragon con los vardenos, un pueblo guerrero que se esconde en las montañas y que está en guerra con Galbatorix, para los que la existencia de un nuevo Jinete de Dragón fuera del control de Galbatorix supondría una gran ventaja en dicha guerra, pero será Eragon el que tenga que decidir si quiere implicarse o no.

El libro es bastante bueno. A ver, a veces se nota que está escrito por un chaval de 15 años, porque a ratos la prosa es algo simple (te adelanto que esto se corrige en el siguiente libro), pero la historia no lo es. De hecho es bastante compleja. La mitología del universo fantástico de Alagäesia (la historia de los dragones y los Jinetes, el alzamiento de Galbatorix y la traición de Morzan, el robo del huevo de Saphira, la historia del propio Brom y de Murtagh), bueno, está muy trabajada y se nota que Christopher Paolini lo planeó todo hasta el último detalle antes de ponerse a escribir (según la Wikipedia tardó un mes en hacerlo y es otro motivo para quitarse el sombrero). La historia incluso llega a sorprenderte en algunos momentos. El libro es muy fácil de leer y sus 640 páginas se pasan volando. Si te gusta el género seguro que lo disfrutarás tanto como me ha pasado a mí.
El mes próximo el siguiente libro.

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