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martes, 9 de diciembre de 2014

Muertes poco naturales, de P. D. James

Cuando muere un escritor que me gusta o que conozco y respeto suelo leerme algún libro suyo como forma de rendirle homenaje, que creo es la mejor forma de hacerlo. Hace unos días murió P. D. James a la nada despreciable edad de 94 años, así que decidí leerme “Muertes poco naturales”, porque ya lo leí hace unos 15 años y porque tiene unas 200 páginas y leerlo no alteraba demasiado mi programa de lectura (mis lecturas están programadas de antemano y de aquí a fin de año quiero leerme determinados libros sí o sí).
P. D. James era una autora muy en la línea de Agatha Christie y estaba considerada como la reina de la novela policiaca. Muchos de sus libros están protagonizados por el detective Adam Dalgliesh, de Scotland Yard, que también es poeta y tiene un libro, “Children of men”, un libro de ciencia-ficción en el que las mujeres ya no pueden tener hijos, que sirvió de base para la película del mismo nombre.

“Muertes poco naturales” es la tercera novela de Adam Dalgliesh y en ella el detective decide pasar un par de semanas de vacaciones en Monksmere Head, en Suffolk, en casa de su tía Jane, el único pariente que le queda con vida y además una solterona empedernida, y aprovechar el tiempo para decidir si le pide o no a su novia Deborah que se case con él. Pero va a estar demasiado ocupado para eso, porque en su primera noche recibe la visita de los vecinos de su tía, que requieren de su ayuda. Los vecinos de su tía son escritores y críticos literarios y uno de ellos, Maurice Seton, escritor de novelas policiacas, ha desaparecido. Alguos de sus vecinos creen que se trata de una maniobra publicitaria para promocionar su nuevo libro, pero otros están realmente preocupados y temen que haya podido pasarle algo, y por eso acuden a Adam. Pero mientras están poniéndolo al tanto sobre los últimos movimientos de Seton aparece la policía, que les informan de que han encontrado su cadáver dentro de una barca varada en la orilla, con las manos cercenadas a la ltura de las muñecas.

El inspector Reckless, de la brigada de detectives, le pide a Adam que le ayude con el caso, ya que conoce su reputación en Scotland Yard y está enterado del éxito de su último caso, y Adam accede, aunque deja claro que Reckless será el que esté al frente de la investigación y que él lo ayudará extraoficialmente.
Adam pronto descubre que Seton era un hombre con muchos claros y sombras y que se había granjeado algunas enemistades entre el vecindario. Además, resulta que Celia Calthrop, una de las vecinas, escritora de novelas románticas y la mayor cotilla del pueblo, le sugirió a Seton hace tiempo una idea para un próximo libro: que la víctima apareciera en una barca con las manos cercenadas, que no comentó con nadie más, pero quién sabe si Seton sí lo hizo. Y unas horas después de aparecer el cadáver alguien envía el manuscrito del libro de Seton a su casa, en el que sescribe con detalle la misma escena en la que fue encontrado Seton, y parece haber sido escrito con su máquina de escribir...


El libro recuerda mucho a los de Agatha Christie, aparece un cadáver y conocemos a distintos personajes secundarios, cada uno con sus motivos para matar a la víctima y que esconden diversos secretos en relación con ésta. El libro tiene apenas 200 páginas, es ameno y fácil de leer, y contiene algunos giros bastante sorprendentes, entre ellos la identidad del asesino, que es la última persona que se me pasó por la cabeza. En fin, el año que viene espero leerme algún que otro libro de esta autora.  

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