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jueves, 6 de agosto de 2015

Las llanuras del tránsito, de Jean Auel

Ayla y Jondalar abandonan a los Mamutoi y prosiguen su viaja hacia el oeste, rumbo al hogar del zelandonii, donde se unirán en matrimonio. Pero su objetivo está a un año de distancia y mientras recorren el continente irán encontrándose con muy diversas tribus, algunas de las cuales verán con extrañeza y temor que ambos vayan en compañía de dos caballos y un lobo.


Tengo que decir que este libro se me hizo muy cuesta arriba. La mayor parte tiene un ritmo muy lento y solo se pone interesante cuando Ayla y Jondalar llegan a algún poblado y traban amistad con sus habitantes. Además el libro vuelve a tratar temas que ya se tocaron en entregas anteriores y que ya parecían zanjados, como la pena de Ayla por no volver a ver a su hijo, sus ideas sobre la concepción de los hijos, el temor a que el pueblo de Jondalar no la acepte, etc, y se vuelve algo repetitivo. Así es que en mi opinión le sobran muchas páginas. De los cuatro libros de “Hijos de la Tierra” releídos hasta ahora este es el más largo pero también el más soporífero. Pero soy yo el que decidió leerse de nuevo la serie desde el principio y lo que no puedo hacer es saltármelo solo porque sea un tostón. En fin, lo peor ya ha pasado y ahora estoy un libro más cerca del final. 

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