Este libro se
centra en las consecuencias de lo ocurrido en el libro anterior. Jean-Baptiste
Chardonne, Le Loup-Garou, ha sido capturado tras intentar asesinar a la doctora
Scarpetta, pero su versión difiere mucho de los hechos. Según él, la doctora
Scarpetta lo invitó a su casa y luego se volvió loca e intentó atacarle, pero
eso nadie se lo cree.
Scarpetta conoce
a Jaime Berger, jefa de la División de Delitos Sexuales de Nueva York, que
requiere de su ayuda para preparar el proceso contra Jean-Baptiste. Berger quiere
que sea juzgado en Nueva York por el asesinato de una mujer hace dos años, lo
cual significa que solo será juzgado por ese asesinato y todos sus otros
crímenes, incluyendo los de Francia, los dos asesinatos de Virginia y el
intento de asesinato de la propia Scarpetta quedarán en agua de borrajas, lo
cual cabrea e indigna mucho a la doctora.
Mientras tanto,
la policía investiga unos asesinatos que pudieron haber sido cometidos por
Jean-Baptiste antes de que lo atraparan, y por si no fuera suficiente la
doctora Scarpetta se convierte en la principal sospechosa del asesinato de
Diane Bray, la última víctima de Jean-Baptiste, ya que tenía sobradas razones
para matarla, pues fue la responsable de la campaña de desprestigio contra
ella.
El libro me ha
parecido demasiado extenso. Lo ideal en una novela policiaca es que ande entre
300 y 400 páginas, como mucho 500, pero 600 son demasiadas. Le sobran muchas páginas
de las primeras 100-200, se va mucho por las ramas y no aportan gran cosa a la
trama central del libro. Es fácil de leer y la trama está bien llevada, se nos
da algo más de información de sucesos de los anteriores libros y la identidad
del asesino resulta ser toda una sorpresa. Pero todo podría haberse contado con
muchas menos páginas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario