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martes, 8 de septiembre de 2015

El último reducto, de Patricia Cornwell

Este libro se centra en las consecuencias de lo ocurrido en el libro anterior. Jean-Baptiste Chardonne, Le Loup-Garou, ha sido capturado tras intentar asesinar a la doctora Scarpetta, pero su versión difiere mucho de los hechos. Según él, la doctora Scarpetta lo invitó a su casa y luego se volvió loca e intentó atacarle, pero eso nadie se lo cree.
Scarpetta conoce a Jaime Berger, jefa de la División de Delitos Sexuales de Nueva York, que requiere de su ayuda para preparar el proceso contra Jean-Baptiste. Berger quiere que sea juzgado en Nueva York por el asesinato de una mujer hace dos años, lo cual significa que solo será juzgado por ese asesinato y todos sus otros crímenes, incluyendo los de Francia, los dos asesinatos de Virginia y el intento de asesinato de la propia Scarpetta quedarán en agua de borrajas, lo cual cabrea e indigna mucho a la doctora.
Mientras tanto, la policía investiga unos asesinatos que pudieron haber sido cometidos por Jean-Baptiste antes de que lo atraparan, y por si no fuera suficiente la doctora Scarpetta se convierte en la principal sospechosa del asesinato de Diane Bray, la última víctima de Jean-Baptiste, ya que tenía sobradas razones para matarla, pues fue la responsable de la campaña de desprestigio contra ella.


El libro me ha parecido demasiado extenso. Lo ideal en una novela policiaca es que ande entre 300 y 400 páginas, como mucho 500, pero 600 son demasiadas. Le sobran muchas páginas de las primeras 100-200, se va mucho por las ramas y no aportan gran cosa a la trama central del libro. Es fácil de leer y la trama está bien llevada, se nos da algo más de información de sucesos de los anteriores libros y la identidad del asesino resulta ser toda una sorpresa. Pero todo podría haberse contado con muchas menos páginas. 

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