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miércoles, 14 de diciembre de 2016

Un tipo implacable, de Elmore Leonard


La novela transcurre entre los años 20 y 30, durante la Ley Seca y el auge de los atracadores de bancos y gira en torno a dos personajes, Carl Webster, un joven policía con mucha sangre fría al que no le tiembla la mano si tiene que cargarse a algún criminal, y Jack Belmont, cuya máxima aspiración es convertirse en el enemigo público número uno.
Carl tenía 15 años cuando se vio cara a cara con Emmett Long, un conocido y temido ladrón de bancos. Carl estaba en una tienda comprándose un helado cuando entró Emmett Long; Emmett le quitó el helado y se lo comió delante de él y justo en ese momento entró un indio de la policía tribal y Emmett se lo cargó. Carl le contó a la policía lo que había pasado y unos días más tarde dieron con Emmett y con su socio. Unos meses después Carl se cargó a un tipo que le estaba robando las vacas. Le dijo que si no le devolvía las vacas le dispararía y el otro no lo tomó en serio así que le disparó y lo mató. Su padre le preguntó si lamentaba haberlo hecho y él le respondió que lo que lamentaba era que no le hubiera hecho caso, pues de hacerlo no estaría muerto.

Seis años más tarde Carl ha terminado su formación para ayudante de sheriff y se dedica a perseguir criminales, sobretodo atracadores de bancos. Un periodista llamado Tony Antonelli escribe varios artículos sobre él, convirtiéndolo en una celebridad, sobretodo por su sangre fría, pues cuando pilla a un criminal y le ordena que se rinda lo hace sin sacar su arma, ya que si lo hace es para disparar a matar, y eso es lo que siempre acaba pasando. Un auténtico tipo implacable.
Por su parte Jack Belmont inició su carrera criminal a los 18 años, haciéndole chantaje a su padre. Su padre se hizo rico con la extracción de petróleo y Jack descubrió que tenía una amante, así que le pidió 10.000 $ por no decírselo a su madre. Su padre lo mandó al cuerno y lo envió a hacer el peor trabajo imaginable: limpiar los tanques de petróleo desde dentro. Pero eso no era trabajo para Jack, que hizo explotar uno de los tanques el primer día y luego secuestró a la amante de su padre para obligarlo a pagar, pero lo que hizo su padre fue denunciarlo a la policía y Jack fue dos años a prisión. Allí dentro conoce a Emmett Long y al salir se une a su banda, y así es cómo se cruzan los caminos de Carl y Jack.

Con esta novela uno no puede hacer otra cosa que rendirse ante el increíble talento de Elmore Leonard. Es sin duda la mejor novela de su extensa obra y no soy el único que lo dice. El mismo Stephen King, que siempre ha admirado a Leonard (en su libro “Mientras escribo” incluye un extracto de uno de sus libros, poniéndolo como ejemplo de un diálogo bien escrito), dijo de este libro que le parecía increíble que Elmore Leonard hubiera escrito su mejor novela a la edad de 79 años. Y no le falta razón. A esa edad tú das por sentado que un escritor andará de capa caída y que lo que escriba estará muy lejos de sus mejores obras, pero los últimos libros de Elmore Leonard son tan buenos como los que escribió estando en la cumbre de su carrera, y aún después de este escribió cuatro libros más, hasta que murió a los 88 años.
En la mayoría de sus libros aparecen criminales de tres al cuarto, ladrones, traficantes o mafiosos que no suelen ser muy listos y que siempre acaban metiendo la pata. “Un tipo implacable” me parece su mejor novela de lejos porque tiene un tono más serio, al estar ambientada en tiempos de la Ley Seca y tratar sobre un aspirante a enemigo público número uno y el poli que le va detrás, aunque también tiene esas pinceladas de ironía tan habituales en las novelas de Elmore Leonard. Carl Webster es un personaje que me encanta, todo un tipo duro que no se arredra ante nada y también un poco chulo, y Jack Belmont tampoco se corta un pelo, son tal para cual.
La novela es fantástica, indispensable si te gusta este autor y yo la recomiendo encarecidamente.

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