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lunes, 3 de abril de 2017

El atlas de las nubes, de David Mitchell

Tengo este libro en casa desde hace 5 años por lo menos, desde que salió la película, pero resulta que en la biblioteca tienen otro libro del mismo autor, “Relojes de hueso”, una novela que empieza normal pero que acaba adentrándose en lo postapocalíptico, que es muy buena y tal, así que antes de leerlo quise leer este, ya que llevaba demasiado tiempo en mi lista de pendientes y además me gusta leerme los libros en orden cronológico.
“El atlas de las nubes” está formado por seis historias que se entrecruzan entre sí, que van desde el siglo XIX hasta un futuro postapocalíptico. A mediados del siglo XIX el notario de California Adam Ewing viaja por los mares del Sur a bordo de la goleta Prophetess rumbo a Hawaii y anota en su diario todas las peripecias del viaje. En 1930 el joven músico Robert Frobisher consigue trabajo como amanuense de un anciano y reputado compositor. Entre las cosas del viejo encuentra el diario de Adam Ewing y Robert le escribe unas cartas a su amigo Rufus Sixsmith relatándole su experiencia.

En los años 70 la periodista Luisa Rey se ve inmersa en una conspiración que amenaza su vida relacionada con cierto reactor nuclear, a raíz de investigar el aparente suicidio de un científico llamado Rufus Sixsmith que escribió un demoledor informe en el que revelaba los verdaderos peligros de ese reactor nuclear, algo que ciertas personas influyentes no están dispuestas a permitir que salga a la luz. A manos de Luisa llegan las cartas de Frobisher a Sixsmith.
A principios del siglo XXI la lucha de Luisa Rey contra el lobby energético se convierte en un libro que alguien le envía a Timothy Cavendish, un viejo editor que no le hace mucho caso porque tiene sus propios problemas; ha sido recluido en contra de su voluntad en un asilo y busca la forma de escapar de allí. En un futuro lejano, las tribulaciones de Timothy Cavendish se convierten en una película que conmueve a Sonmi-451, una sirviente clonada que se rebela contra la esclavitud propia de su raza. Su testimonio en forma de holograma es tomado por las palabras de una diosa por Zachry y Merónima, habitantes de un Hawaii postapocalíptico.

El libro me ha gustado mucho. Me ha gustado la heterogeneidad de los relatos, que van desde una historia de aventuras en los mares del Sur, un thriller, un relato humorístico hasta un relato futurista y otro postapocalíptico, pero lo más interesante es la forma en que están estructurados los relatos. No termina el primero y luego pasa al siguiente, sino que deja cada uno a medias y luego pasa al siguiente, menos con el último relato que te lo cuenta de principio a fin y entonces retrocede a los relatos precedentes y te cuenta cómo termina cada uno, en orden decreciente (1-2-3-4-5-6-5-4-3-2-1). Me parece muy original. La película sin embargo no me gustó tanto. Casi tres horas de metraje y el montaje a veces resulta algo confuso, saltando todo el tiempo de una historia a otra. No me extraña que no funcionara.
Bien, espero poder leer pronto el de “Relojes de hueso”.

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