Ethan Burke (Matt Dillon) es un agente del Servicio Secreto que llega a Wayward Pines buscando a dos compañeros desaparecidos, los agentes Hewson y Evans. Cuando conocemos a Ethan este se despiertqa en el bosque sin saber cómo ha llegado allí, con toda la pinta de haber sufrido un accidente de coche. Llega al pueblo bastante desorientado y le lleva un buen rato recordar el motivo por el que está allí, pero no tarda en descubrir que en Wayward Pines pasan cosas muy raras. Ethan encuentra a la agente Hewson, con la tuvo una aventura, que está casada y tiene una tienda. Ella le advierte de que tenga cuidado, que hay cámaras por todas partes y que los vigilan todo el tiempo y le dice que lleva allí 12 años, lo que para Ethan no tiene sentido ya que estuvo con ella hace solo unas semanas. Su mujer y su hijo aparecen allí como por arte de magia, Ethan intenta abandonar el pueblo con ellos pero resulta imposible ya que hay una enorme verja metálica que lo rodea y al otro lado parece haber unas criaturas salvajes y muy peligrosas.
Como digo, la serie es de esas que cuando la empiezas a ver ya no puedes parar, con mucho misterio y tensión y un montón de preguntas en el aire. Hacia la mitad de la temporada por fin descubres la verdad de lo que pasa en Wayward Pines y es completamente alucinante, pero una vez que se revela la serie pierde fuelle. En general es una muy buena temporada y la historia es realmente impactante y muy original, aunque al final la cagan un poco. Ese epílogo con Ben en mi opinión sobra y se carga ese final de temporada más que satisfactorio que le precede.
No hay comentarios:
Publicar un comentario