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martes, 10 de octubre de 2017

La ciudad y las estrellas, de Arthur C. Clarke

Millones de años en el futuro la Tierra se ha convertido en un inmenso desierto y los humanos viven en una única ciudad llamada Diaspar, protegida del exterior por un campo de fuerza y en la que siempre es de día. La ciudad está controlada por una Computadora Central y los humanos ya no nacen sino que son creados en un laboratorio, la Sala de la Creación. Surgen de allí con el cuerpo completamente desarrollado y viven mil años sin envejecer lo más mínimo, tras los cuales regresan a la Sala de Creación, en la que se reencarnan en un nuevo cuerpo y al alcanzar la edad adulta en este nuevo cuerpo recuperar los recuerdos de sus vidas pasadas, y así una vez tras otra.

El protagonista, Alvin, es un Único, no tiene recuerdos de ninguna vida pasada, esta es su primera existencia y esto lo convierte en alguien diferente a los demás, en una rareza. Ha habido otros Únicos antes que él pero nadie sabe a qué se debe.
Alvin siente una gran curiosidad por el exterior y quiere verlo por sí mismo, necesita comprobar con sus propios ojos si, tal y como dicen las viejas historias, toda la Tierra es un desierto, que no hay más ciudades aparte de Diaspar y ver las estrellas, pero este es un tema tabú en Diaspar. Mencionar el exterior y las estrellas y acercarse a los límites del campo de fuerza hace que los humanos sientan una gran ansiedad e incomodidad e incluso son incapaces de acercarse al mismo. Pero para Alvin la necesidad de explorar es casi una obsesión, lo único que ocupa sus pensamientos, y pese a que sus conocidos le aconsejan que lo deje estar y que viva su vida, Alvin no cejará en su empeño de hallar alguna forma de salir de la ciudad.

Leí este libro por primera vez hace 15 años, pero como este año me he leído varios libros de Arthur C. Clarke decidí volver a leerlo. La historia es muy interesante, un ejemplo de lo mejor de la Edad de Oro de la ciencia ficción (el libro es de 1956), pero es muy lento. Tiene unas 200 páginas pero de esta manera parece tener el doble. Recuerdo que la primera vez también me pareció lento. De hecho acabarlo me ha llevado el doble de tiempo de lo que suelo tardar. En fin, un libro interesante y entretenido y con alguna que otra sorpresa en el tramo final.

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