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jueves, 25 de enero de 2018

El año del diluvio, de Margaret Atwood

“El año del diluvio” es la segunda novela de una trilogía apocalíptica (“Oryx y Crake”, “El año del diluvio” y “Maddaddam”, aunque esta última creo que no la han traducido). En ella aparecen algunos personajes de la primera novela, pero no hace falta haberla leído antes (tal es mi caso), aunque no está demás seguir el orden establecido.

En la novela un virus creado en un laboratorio se extiende por el mundo acabando con la mayoría de la población y los pocos que han sobrevivido es porque en ese momento se encontraban en lugares aislados. Aunque esto no ocurre hasta el tramo final de la novela. La historia transcurre en dos tiempos, en el presente, que es el año 25 desde la creación de una secta religiosa llamada los Jardineros de Dios y es cuando se produce esa epidemia devastadora, y en los últimos 15-20 años anteriores, y está narrada por dos mujeres, Ren y Toby, que se encuentran cada una en un lugar diferente y nos narran a modo de flashback esas últimas dos décadas (una en 3ª persona y la otra en 1ª), la historia de cómo cada una acabó uniéndose a los Jardineros de Dios, su estancia con ellos y cómo acabaron abandonándola por una u otra razón, confluyendo así en el momento presente.

De hecho la mayor parte de la novela se centra en esa secta, pero no es una secta de fanáticos que te exigen todas tus posesiones y que acaben suicidándose en masa, sino que es más bien como una comuna hippie. No comen carne animal sino que se alimentan de lo que les proporciona la naturaleza y cultivan sus propios alimentos, no creen en las propiedades personales y su líder, Adan Uno, está convencido de que un nuevo Diluvio, el Diluvio Seco, arrasará el mundo, y prepara a los miembros de la secta para ese día (lo que acaba ocurriendo efectivamente en el año 25).

La novela me ha encantado. Me imaginaba que al ser una novela apocalíptica sería una historia algo compleja, sobre todo al ser la segunda entrega de una trilogía. además de que son casi 600 páginas, pero nada más lejos. Es de fácil lectura y la prosa es ágil y directa, nada complicada ni enrevesada. De hecho casi se lee sola, y la historia es muy interesante. Qué grande es Margaret Atwood. Próximamente a ver si me leo el primer libro, “Oryx y Crake”.

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