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lunes, 21 de mayo de 2018

El Silmarillion, de J. R. R. Tolkien

“El Silmarillion” es un compendio de historias ambientadas en la Tierra Media durante la Primera Edad (“El Señor de los Anillos” transcurre en la Tercera Edad) que Tolkien escribió a lo largo de su vida, desde 1917, pero murió sin haberlas publicado y unos años después su hijo Cristopher Tolkien se encargó de recopilarlas, editarlas y publicarlas en su nombre.
La pieza central del libro es el “Quenta Silmarillion”, que trata sobre la creación y el posterior robo de los Silmarils y las diversas guerras que tuvieron lugar en la Tierra Media a lo largo de los siglos con el objetivo de recuperarlos de manos de Melkor (llamado también Morgoth), el primer Señor Oscuro. Pero aparte de esto el libro incluye otros cuatro relatos.

El “Ainulindale” nos narra la historia de la creación de Eä o Arda (el mundo de la Tierra Media) por parte de Ilúvatar y los ainur (Ilúvatar es como Dios y los ainur son como los ángeles) mediante su música. Uno de ellos, llamado Melkor, sintió celos de sus hermanos y quiso hacer su propia música, pero sus notas disonantes alteraban la composición general orquestada por Ilúvatar, y así su Padre acabó expulsándolo y se convirtió en el primer Señor Oscuro. Luego un grupo de los ainur descendió a vivir a Eä con el fin de preparar el mundo para la llegada de los elfos y los hombres, y se los conoció como Valar.
El “Valaquenta” nos cuenta quienes eran los Valar y el campo que dominaba cada uno, se nos resume la historia de la rebelión de Melkor y también se nos habla de los Maiar, espíritus superiores de rango inferior a los Valar que estaban a su servicio. Uno de ellos era Sauron, que fue corrompido por Melkor y se convirtió en su lugarteniente.

El “Akallabêth” tiene lugar tras el “Quenta Silmarillion” y nos narra la caída de Númenor, fruto de las intrigas de Sauron (Númenor es la isla que los Valar dieron a la raza de los hombres mortales tras la batalla final contra Melkor). Y en el último relato se nos hace un resumen de “El Señor de los Anillos”, la Guerra del Anillo y todo el tema.

Tolkien hijo
¿Pero qué son los Silmarils?
Los Silmarils son tres joyas creadas por Fëanor, el más grande orfebre de todos los elfos, que contienen en su interior la luz de los Dos Árboles de Valinor; por ello los Silmarils brillaban con luz propia, una luz extremadamente intensa, y los Valar los consagraron de modo que ningún ser maligno pudiera tocarlos sin sufrir un gran daño. Después de que Melkor fuera puesta en libertad tras un largo encierro, éste fingió enmendarse, pero empezó a sembrar distensiones entre los príncipes de los Noldor (los elfos más inteligentes y valientes de los Hijos de Ilúvatar), que acabaron provocando el exilio de Fëanor. Luego Melkor fue a Formenos, donde vivía Fëanor, y le habló del peligro que los Silmarils corrían en Aman. Pero Fëanor vio que Melkor ansiaba los Silmarils para él y lo expulsó de allí sin miramientos. Tras esto Melkor se alió con Ungoliant, la Gran Araña (que muchos años después engendraría a Ella Laraña) y con su ayuda destruyó los Dos Árboles de Valinor.

Los Valar le pidieron a Fëanor que les cediera las joyas para recuperar la luz perdida de los Dos Árboles, pero Fëanor se negó pues no deseaba que rompieran sus creaciones. Entonces llegaron mensajeros de Formenos con malas noticias: Melkor había asesinado a Finwë, padre de Fëanor, y saqueado Formenos, llevándose todas las joyas incluidos los Silmarils. Fëanor, enfurecido y lleno de odio por Melkor (a quien llamó por primera vez Morgoth, Negro Enemigo del mundo) y por la aparente calma de los Valar, los repudia y a Valinor mismo, pronunciando un terrible juramento que le obligaba a él y a sus hijos a perseguir a quienquiera que tuviera los Silmarils, fuera Valar, Elfo, Hombre o demonio, y no descansar hasta recuperarlos o morir en el intento. Y de esta manera se forjó el Hado de los Noldor qye huyeron insensatamente con Fëanor a través de las tierras baldías del norte de Aman. Y esto se convierte en el nexo de unión de muchas historias de la Primera Edad, unas directamente relacionadas con los Silmarils y otras solo superficialmente.

Melkor 
Leí “El Silmarillion” por primera vez hace como un millón de años (tranquilamente unos 20) y entonces no acabó de gustarme. La prosa de Tolkien hijo era muy distinta de la de Tolkien padre, con muy poco diálogo, una historia tras otra y tras otra, genealogía por aquí y genealogía por allá y con tal cantidad de nombres que cada dos por tres estaba consultando el glosario del final (¡50 páginas de nombres!) porque me resultaba imposible recordar quién era quién y qué lugar era este o el nombre de tal raza, y así no había quien se enterara de nada. En resumen, fue todo un ladrillo.
En esta ocasión debo decir que no he consultado el glosario tanto como la primera vez, pero sigue pareciéndome un libro algo denso y no tan fácil de leer como “El hobbit” y “El Señor de los Anillos”.

Siempre he pensado que “El Silmarillion” es como la versión de la Biblia de la Tierra Media. Empieza con la creación del mundo, la rebelión de Melkor (Lucifer), la aparición de los elfos y posteriormente los hombres, la separación de los elfos en varios grupos (tantos y con tantos hombres que resulta confuso) y todo lo concerniente a los Silmarils y las batallas contra Melkor. Y creo que es por eso, que esté narrado como si de la Biblia se tratara, lo que le resta puntos y convierte su lectura en una empresa ardua. Y es que seas hijo de Tolkien no te convierte en Tolkien.

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